Una mujer al frente del PC

 

Por Fredy León

 

En el año donde se conmemora el 90 aniversario de la fundación del PC, una mujer comunista, forjada en las luchas del magisterio peruano y expresión genuina de la clase trabajadora, fue elegida como su Secretaria General.

 

Han tenido que transcurrir 90 años para que en el PC, que ciertamente no se caracterizara por promover una activa política de representación paritaria en sus órganos de dirección, una consecuente militante comunista asume la responsabilidad de liderar el Partido. Ahora sería interesante saber cual es la composición del Comité Central y quienes son los miembros de la Comisión Política. A veces, una golondrina no hace verano.

 

En la historia del PC queda el recuerdo que ese camino fue abierto por otras mujeres comunistas que bregaron en condiciones difíciles y complicadas. Dirigentes como Magda Portal, Estela Bocangel, Adela Montesinos, Eteldrita Humala, Carlota Velaochaga, Carmen Salas, entre otras, que tal vez con mucha paciencia intentaron sin éxito desmontar la visión patriarcal que predomina en las estructuras orgánicas y en la mentalidad de los dirigentes del PC.

 

Por ese motivo, este hecho -la elección de Flor de Maria González Uriola- constituye el principal acontecimiento del XV Congreso del PC.

 

Y esto por varias razones:

 

Primero, por su condición de mujer, que ya es mucho decir, por su origen provinciano (Huancayo) y por su extracción de clase;

 

Segundo, porque su nombre no aparecía en las cábalas que se manejaban en las alturas;

 

Tercero, porque su elección puede significar el final de uno de los ciclos más nefastos en la historia del PC, y

 

Cuarto, porque si es cierto, como algunas voces afirman, le tocará liderar a un PC que ha acordado dar un viraje total en su política de alianzas y que revisará su presencia en ese amorfo conglomerado denominado “Juntos por el Perú.”

 

Lamentablemente no existe mayor información sobre el XV Congreso para tener mejores elementos de juicio que nos permitan conocer el sentido real de sus acuerdos. Esto, la inexistencia de una política comunicacional, es uno de los problemas urgentes que deberá resolver Flor de María, si es que no quiere terminar en el anonimato. La nueva líder del PC está obligada a ponerle pasión revolucionarias a las ideas y forjar un genuino liderazgo de masas en base a un proyecto revolucionario estratégico.

 

Tarea nada sencilla si se toma en cuenta las circunstancias en que asume la conducción del PC.

 

A veces algunos camaradas creen que soy demasiado implacable en mis críticas hacia el PC, pero valdría la pena reflexionar que la importancia política de un partido radica en los objetivos que persigue. El fujimontesinismo siempre será una organización política mediocre por que defiende el continuismo del modelo neoliberal y está formada por gente advenediza que colocan sus intereses personales por encima de los intereses nacionales, y por lo tanto, los trabajadores no pueden esperar nada de esta organización.

 

Ese no es el caso del PC. El Partido lucha por construir una nueva sociedad y surgió como la fuerza política que debía convertirse en “la vanguardia del proletariado, la fuerza política que asume la tarea de su orientación y dirección en la lucha por la realización de sus ideales de clase.”  Y esos objetivos nunca podrán ser realizados con militantes medrosos, que viven en la autocomplacencia y tienen miedo a la crítica.

 

La revolución siempre será obra de titanes y no de pigmeos políticos.

 

Además, no olvidemos que la calidad política de un partido se define por la ascendencia de masas que tiene y/o por la fuerza de sus ideas que influyen en la agenda política nacional.

 

El PC no posee ninguna de esas dos características; es una organización sin masas y sin ideas, y si no quiere desaparecer, está obligado a reinventarse políticamente. El inmovilismo y el miedo a los cambios solo van a conducir a la extinción de la organización.

 

Construir partido en estas circunstancias exigen nuevas ideas, repensar su futuro y cambiar todo lo que se deba cambiar. Pero hablamos de construir un Partido Comunista que tenga una verdadera vocación de poder, una práctica unitaria para lograr construir una correlación de fuerzas favorables al movimiento revolucionario y que sea un verdadero instrumento de lucha política de los trabajadores; y no el remedo de Partido que ha dejado la fenecida dirección reformista que condujo durante casi una década al PC.

 

Para construir un partido revolucionario se necesita como mínimo tener un proyecto estratégico definido; militantes formados en una mística revolucionaria; una organización sólida con presencia activa en la lucha de masas y voluntad de articular a los diversos movimientos sociales; un aparato de prensa, propaganda y agitación que responda a las necesidades de la lucha política; un movimiento cultural que abra los nuevos surcos donde se siembre los gérmenes de la nueva cultura solidaria y humanista y una experimentada dirección política con autoridad moral e intelectual para organizar y dirigir la lucha revolucionaria.

 

Los trabajadores necesitan de un Partido Comunista fuerte, combativo, revolucionario, con vocación de poder y estrechamente vinculado a las luchas de nuestro pueblo.

 

El reto es inmenso, y lo menos que puedo hacer es desearle sinceramente éxitos en esa dura labor que le espera a Flor de María González Uriola, flamante nueva Secretaria General del partido fundado por el Amauta José Carlos Mariategui.

 

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"Nada de lo que es humano me es ajeno." Federico Engels
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Una respuesta a Una mujer al frente del PC

  1. Raúl Acosta dijo:

    El punto de quiebre en nuestra organización se ha forjado en la lucha interna al calor del combate diario. La corriente forjada: Renovación y Reestructuración que ha permitido la derrota del Ex Secretario Gral. y la Elección de la c. Flor de María y del c. Luis Villanueva, en la Secretaría General Y Sub Secretaría respectivamente,donde hemos derrochado muchas energías y tiempo, en lugar de emplearlo en la construcción,educación y enpoderamiento en las organizaciones sociales. Ahora la tarea externa es dificil y ardua que requiere la participación de todos nosotros, para que al lado de la nueva Rosa Roja logremos los objetivos trazados. No queremos franco tirados externos,que lejos de ayudarnos nos hacen más daño.

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