El Congreso

Por Fredy León

¿Puede existir la democracia peruana sin el congreso? Sí, si puede.

En términos reales es poco -o nada- lo que el congreso aporta a nuestra precaria democracia. Es más, no es aventurado señalar que en muchos momentos el congreso ha sido la peor amenaza para la propia democracia.

Tal vez el único aporte que el congreso hace es impedir -o limitar- las ambiciones de poder de algún aspirante a dictador. En nuestro país el poder está corrompido hasta la médula y se necesita de alguna instancia que permita controlar ese poder. Hasta que no tengamos una sociedad civil fuerte y saludable, vamos a necesitar de instituciones intermediarias entre el pueblo y el poder del estado.

Pero para que el congreso cumpla ese papel se necesita cambiar radicalmente su función. No basta con mejorar su imagen, debe cambiar su propia naturaleza intrínseca.

En primer lugar el congreso debe dejar de ser una isla de privilegios económicos. Los congresistas deben ser representantes populares al servicio del pueblo y no mercenarios públicos que viven del presupuesto nacional. Esto significa que hay que sincerar el tema de salarios -vincular el salario de los congresistas al salario mínimo vital- y beneficios económicos que actualmente gozan los congresistas; los congresistas, como todo funcionario público, deben trabajar 11 meses -ampliar las dos legislaturas- y tener solo 1 mes de vacaciones.

Hay que terminar con esa grotesca figura de «transfugas». Si un congresista decide renunciar a la bancada por la cual fue elegido, debe entregar su acta de congresista y abandonar su escaño.

Hay que introducir la revocatoria del mandato de los congresistas en la mitad de su periodo. Hay que dotar de poder real al pueblo, no es aceptable reducir la democracia al simple acto de votar y luego no tener ningún mecanismo de control sobre sus representantes.

Ser congresista debe ser una responsabilidad política con el pueblo y no convertirse en un privilegio económico, una inversión económica al cuál se aferran con uñas y garras.

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